lunes, 18 de agosto de 2008

Naturaleza sorprendente


Es por la tarde y hace un calor insoportable, tanto que no puedes ni pensar qué movimiento requiere menos energía: si pestañear o mover un dedo. El caso es que tus maltrechas neuronas desvarían tanto que se ponen a pensar si son 37 ó 41 los grados que te están haciendo esto. Y tú sin un termómetro a la vista o un móvil a mano para llamar al Instituto Nacional de Meteorología para preguntarlo.

Pues bien, si hay cerca unos cuantos grillos, puedes hacer una estimación más que aceptable de la temperatura escuchando su canto y contando el número de "chirridos" que emite en 15 segundos; súmale 9 a ese número y el resultado divídelo entre 2 (si tus neuronas aún te lo permiten). Eso te dará una buena aproximación de la temperatura ambiente en grados centígrados.Yo me he quedado sin habla un rato cuando lo he leído, pero hay incluso estudios que lo avalan empíricamente. Para terminar de rematarlo, diré que esto lo recoge la Ley de Dolbear, ¡ley que no es del siglo pasado, sino del anterior!

Para terminar la entrada de hoy, ahí va la explicación científica de por qué no es fácil localizar un grillo que está cantando: La longitud de onda del canto de un grillo es similar a la distancia que hay entre los dos oídos humanos, razón por la cual resulta difícil localizar la situación de un grillo por su sonido. Qué curiosa y sorprendente es la naturaleza.

No hay comentarios:

 
PageRank Google